Sin palabras

Un fin programado

Mis noches bohemias, que para alguien que las viese desde fuera no serían tan agradables. La decadencia no le sienta igual a todas las personas, pero en mi caso, siento que estamos hecho el uno para el otro. Entiendo que haya transeúntes que pierdan la cabeza antes de llegar hasta el final. Mentes débiles como diría un amigo mío, y qué razón tiene... Entre vicio y vicio se repite el epitafio, fiel a su propio espíritu y así una vez más, consigue burlar a la de la guadaña otro minuto.
Una cutícula de humo denso envuelve mi cuerpo, si protege o sentencia es otro menester... entra en la habitación del caos y sírvete lo que quieras, hay un ambiente sórdido y oscuro, huele a buena música y las mentes fluyen, pero yo no se que hago aquí... sólo busco una cerveza fría, paso de mujeres ardientes.
Me vuelvo reptando a mi escondite apestando a autodestrucción. Bienvenido a tu nueva empresa de excesos y amigos de dudosa reputación, que te ayudarán a acabar con todo si eso te place, o reirán tus gracias si les complaces... Entonces coge a un par de esos tipos y llévatelos a arruinar tu vida a otro sitio, ya que aquí no se puede ni morir a gusto.
Con estos labios que sostienen más canutos que sonrisas, me despido susurrando un hasta luego.

Desorden organizado

Te doy este teléfono para que hables con dios

es de color rojo como la ira que te corrompe

No se a que te refieres, si hay un pacto entre los dos

no quedan rebeldes ni causas

tan sólo noches de rock and roll

Vive lejos y muere cerca

tu tierra añora tu cuerpo desnudo

baja la montaña, sube al pueblo, persigue mentes discretas

Mirada fría de lejos y de nuevo un adiós.

la naturaleza del hombre errante, vuelve para dominarte

¡¡Háganse a un lado!!

y entonces todo acabó, las dudas reposan en otro cuerpo

aquí sólo queda la ambición de acabar primero

es una situación mundana en la que me veo envuelto

siempre seré yo su protagonista

hasta que llegue a la meta

entonces dejaré de lado mis temores

y abandonaré todo lo conocido

para abrazarme a lo malo por conocer.

Amor a distancia, de un vicio salvaje

lee entre estas líneas, los espacios que quedan vacíos

sólo soy capaz de llenarlos con destilados

y humo para mi pluma.

Déjate de mujeres que rompan tu caparazón,

este niño asalvajado ya no quiere falsos mimos

dame whisky que anestesie mis heridas

y déjame desangrarme sólo en una esquina de la habitación

Ya lo he intentado alguna vez antes

las maneras directas, son las más chocantes

me iré poco a poco como una tormenta,

que aún a lo lejos la recuerdas con presencia

y un suelo mojado te indica que siempre ha estado cerca

Me despido de este invierno con toques de primavera

¡Hasta la próxima!

La sole y su soneto

¿Y qué si busca el amor en la barra de los bares?

¿Qué pasa si persigue chupitos de esperanza

y tan sólo busca olvidar la añoranza?

¿Dónde está el problema de frecuentar estos lugares?

¿Qué ocurre si el sentimiento se le escapa entre las manos?

si realmente lo que busca no ha existido

y si toda esa gente que pasó por su vida siempre la ha mentido

¿Qué pasa si encuentra la felicidad en forma de amargos tragos?

No sé donde esta el problema de ser feliz a su manera

mientras todos se lamentan ella mira para otro lado

deja fuera las apariencias y se muestra como es.

Si alguien pregunta porque baila tan risueña

ni se gira ni contesta sólo va a por otro trago

no hay mentiras ni fachadas ella sólo es lo que ves.

Let the poor boy be

Dejadme vivir, explorar lo desconocido, desordenar mis sentidos para ordenar el pensamiento... el festín del exceso.
Bebe de las fuentes del conocimiento, directamente del manantial, sumerge tus manos en su elixir y llévatelo a la boca paladeando cada noche como si fuera la última.

Saborea la decadencia junto a unos acordes de jazz, abrázate a ella y pronto volarás libre.

Amor a cuentagotas

Me muero por estar contigo, pero tu prefieres la lejanía como compañera, o más bien un romance a distancia, acompañado por numerosas amistades que te curen ese alma de infante que aún te gobierna.

Ahora dando un paso atrás y viendo todo desde lejos, me estremezco al dejar pasar este tren de pintura descascarillada. Me llevaba hacia la libertad del pensamiento. No dejo de correr hacia él pero cada vez está más lejos y poco a poco me doy cuenta que la distancia es insalvable...
Pero no voy a dejar de correr, estoy seguro que en algún momento y por algún motivo el tren se va a detener, o simplemente aminorará su paso y yo estaré ahí para volver a colarme. Porque nunca viajo con billete, me cuelo por el vagón trasero y espero silencioso mientras veo a la gente e imagino sus vidas.

Así llevo viajando toda mi vida, de tren en tren, buscando a una compañera de camino, a la que le encante viajar. Recorreremos las estaciones de todo el mundo hasta que encontremos nuestro lugar, soy consciente que no va a ser fácil pero, ¿quién dijo miedo?