Saborea los tonos malvas
del atardecer con los sentidos...
Oscura reputación
como las noches sin luna,
agita las ciudades
en busca de locura,
la guarda y se la lleva
para que lo acompañe en su camino,
ya dejó de ser dueño
de su propio destino.
Vigila las estrellas
desde lo alto de su casa,
cuenta las horas hasta el alba
para ver si el sol se retrasa,
el pasatiempo de sus noches
es soñar que está despierto,
y sueña con viajar lejos:
unos días vuela por el cielo
y otros navega en un gran velero.
La aventura llama a su puerta
La aventura llama a su puerta
y lo despierta por la mañana,
pero él perezoso y rufián
se niega a abandonar la cama.
Cuando se arma de valor
la persigue sin descanso,
casi todos los días la encuentra,
ya bien pasado el ocaso.